Re-evoluciona tu vida. Cuestiona tus pensamientos.

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¿Quieres conocer un patrón mental que puede aportarte mucha más felicidad? ¿Quieres aprender a gestionar mejor las situaciones estresantes para la toma de decisiones tanto en el trabajo como en tu vida?

Recuerda por un instante la última vez que te encontraste disfrutando relajadamente de algún momento especial, imagínate en contacto con la naturaleza. Tal vez en la playa sintiendo la brisa del mar, como en hipnosis, tal vez en la montaña después de terminar una ruta mirando el horizonte. O paseando, escuchando el trino de los pájaros…y en ese instante, en un momento de pausa

¿En qué pensabas? ¿Qué tipo de pensamientos venían a tu mente? ¿O quizás se trataba de una sensación de estar ahí, en ese momento, sintiendo el disfrute, el cuerpo relajado, la mente libre?

Ahora por el contrario,  recuerda un momento de enfado, el tráfico está colapsado, no ha salido el proyecto que esperabas, te han delegado una tarea que no te correspondía….

¿Que tipo de pensamientos son los que ocupan tu mente en ese momento? ¿Con que intensidad conectas unos con otros? ¿Cuánto tiempo repites una y otra vez lo mismo en tu mente?

Como puedes observar, el tipo de pensamientos que percibimos en la mente varían en función de los estados de ánimo en los que nos encontramos. Y esta es la trampa: Intentamos buscar soluciones a las cosas cuando estamos en estados poco útiles para encontrarlas.

Y es normalmente en momentos de estrés donde la mente filtrará y distorsionará lo que sucede.

Cuando nos enfadados con un compañero lo primero que diríamos con esa carga emocional es  “¡Este tío es imbécil!” y comenzar una discusión. Si en cambio dejamos que pase un rato, ya podemos dialogar desde otro enfoque más constructivo e incluso pensar cosas del tipo “Nunca comparto su punto de vista, imagino que tendrá necesidades que cubrir si actúa así” y en vez de discutir, argumentar y dialogar generando un mejor clima emocional en nuestro entorno.

Así, en un instante donde en nuestro estado de ánimo predominen emociones agradables, la mente no detecta la necesidad de atender a nada, funciona libre y realiza conexiones más abiertas. Sin embargo, en los estados de ánimo con emociones menos agradables,  nos llenamos de pensamientos que parecen intentar dar una solución al problema en el que nos encontramos. Y estos pensamientos son fijos, repetitivos y cargados de sesgos negativos en la mayoría de ocasiones.

Además, tendemos a identificarnos con nuestros pensamientos. No los cuestionamos, los damos por válidos y en función de ello interpretamos lo que sucede. Hay que aprender a CUESTIONAR NUESTROS PENSAMIENTOS.

Por cierto, si ese mismo día te hubieran dado una noticia estupenda o sucedido algo muy bueno,  el mismo comportamiento de tu compañero ¡No te hubiera importado lo más mínimo!. En lugar de haber sacado la conclusión de que mi compañero es imbécil, hubiéramos pensado que es un despistado, o que un error lo tiene cualquiera y la “etiqueta” que le colgaríamos sería diferente. Y esto pasa en cualquier ámbito y circunstancia.

Es decir, le damos un sentido a la realidad, a lo que sucede en el mundo en función de cómo nos sentimos en ese momento. Lo que sucede fuera es lo mismo. De alguna manera, nosotros elegimos como interpretarlo.

Las malas noticias son, que al parecer, el cerebro no está hecho para que seamos felices, sino para que podamos sobrevivir. Así, notamos la necesidad de encontrar soluciones, analizar las cosas, dar sentido a lo que sucede cuando estamos en estados negativos y eso nos hace ver las cosas negativamente. Y por eso es tan fácil que generemos este tipo de pensamientos y por tanto, filtremos las situaciones por ellos. Sobre todo en momentos de estrés y de tensión.

Las buenas noticias son, que dándose cuenta de esto, uno puede identificar su estado y decidir si responde o no al flujo de pensamientos que generamos.

Te recomiendo los estudios del D. Richard Carlson.

Aplica esta norma en tu vida:

Cuando te encuentres en un estado emocional que identifiques como poco agradable, no te quedes enganchado a los pensamientos de ese momento, a la forma en la que todo te parece en ese momento. Reconoce esos pensamientos como parte de ti,  pero date cuenta que no son necesariamente los más útiles. Tu mente te envía información con un sesgo con el que vas a interpretar la realidad de una forma poco útil para ti.

Igualmente, piensa sobre los asuntos de tu vida en momentos de más clama, de más tranquilidad. Incluso busca crearlos, tomándote un descanso, practicando deporte, alguna actividad que te ilusione y apasione solo por el mero hecho de hacerla, relajación, meditación.

En esos momentos, encontrarás más posibilidades, “verás las cosas de otra manera” y tus decisiones serán más efectivas y desarrollativas para tu vida.

Así pues te dejo está tarea. ¡CUESTIONA TUS PENSAMIENTOS!

  • Comienza a identificar primero tu estado
  • Plantéate si será el mejor momento para pensar en las cosas Y CUESTIONA TUS PENSAMIENTOS.
  • Espera o genera un estado mejor
  • Piensa sobre el tema de manera activa en un estado más útil

Tan sencillo como esto! Tan transformador como esto!

¡Ya me contarás!

¿Quieres conocer más técnicas que operan en nuestra mente?

Como mentalista, practicante de hipnosis comunicacional y dentro del área del liderazgo en las empresas, comprender el funcionamiento de la mente es mi pasión. Generar bienestar,  potenciar la motivación y la conducta de las personas, no tiene precio. ¿En qué te puedo ayudar?

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